Cuando escuchamos hablar de TOC, la imagen típica que suele venir a la mente es la de alguien lavándose las manos una y otra vez, o revisando compulsivamente si cerró la puerta. Pero el trastorno obsesivo-compulsivo va mucho más allá de esas representaciones comunes. Existen distintos tipos de trastornos obsesivos compulsivos, cada uno con sus propias características, desafíos y matices.
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Índice de contenidos
Un abanico de manifestaciones: más que solo TOC
El trastorno obsesivo-compulsivo y los trastornos relacionados forman una categoría amplia dentro de los manuales diagnósticos como el DSM-5. Todos comparten una misma raíz: pensamientos intrusivos (obsesiones) que generan ansiedad, seguidos de comportamientos repetitivos (compulsiones) que buscan aliviar esa angustia. Sin embargo, esta categoría no se limita al TOC clásico. Aquí te explicamos los tipos de trastornos obsesivos compulsivos más reconocidos clínicamente:
Trastorno dismórfico corporal
¿Te imaginas pasar horas frente al espejo, convencido de que tienes un defecto físico que nadie más percibe? Eso es lo que viven las personas con trastorno dismórfico corporal. Se obsesionan con aspectos específicos de su apariencia, lo que puede llevarlas a conductas como esconderse, someterse a cirugías o evitar el contacto social.
Trastorno de acumulación
También conocido como hoarding disorder, va más allá de coleccionar objetos. Las personas con este trastorno sienten una necesidad intensa de guardar cosas, incluso sin valor aparente, y experimentan un gran malestar ante la idea de deshacerse de ellas. Esto puede llevar a un entorno de vida caótico e incluso insalubre.
Tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo)
Más allá de una “mala costumbre”, la tricotilomanía es un impulso irresistible a arrancarse el cabello, cejas o pestañas. Suele ser una forma de regular la ansiedad o aliviar tensión, pero puede causar angustia, vergüenza e incluso aislamiento social.
Trastorno de excoriación (rascarse la piel)
Similar a la tricotilomanía, este trastorno se caracteriza por el rascado compulsivo de la piel, a menudo hasta causar lesiones. Es mucho más que un hábito: responde a un patrón de obsesión-compulsión difícil de controlar.
Trastornos inducidos por sustancias y medicamentos
Algunas sustancias, como los estimulantes o ciertos medicamentos, pueden desencadenar síntomas obsesivo-compulsivos. Estos trastornos deben abordarse considerando el contexto del consumo y diferenciarlos del TOC primario.
Trastornos relacionados debido a afecciones médicas
En ocasiones, los síntomas obsesivo-compulsivos son consecuencia directa de otra condición médica, como lesiones cerebrales, epilepsia o infecciones neurológicas. Identificar la causa subyacente es clave para un tratamiento eficaz.
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¿Cómo abordar los tipos de trastornos obsesivos compulsivos?
Conocer los diferentes tipos de trastornos obsesivos compulsivos no solo amplía nuestro entendimiento clínico, también nos permite ser más empáticos con quienes viven en carne propia estas experiencias. La salud mental es compleja, y cada caso merece ser visto con profundidad, respeto y profesionalismo. A continuación, te explico un poco de cómo se puede abordar cada tipo de trastorno.
1. Trastorno dismórfico corporal
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): especialmente con técnicas de reestructuración cognitiva para cambiar creencias distorsionadas sobre la imagen corporal.
- Prevención de respuesta y exposición (ERP): para reducir comportamientos como revisarse constantemente en el espejo o evitar lugares sociales.
- Tratamiento farmacológico: antidepresivos ISRS (como fluoxetina) pueden ayudar a reducir la ansiedad y las obsesiones.
2. Trastorno de acumulación
- TCC específica para acumulación: enfoque gradual para trabajar el desapego emocional a los objetos.
- Psicoeducación: sobre el valor real de los objetos y los riesgos del acaparamiento.
- Intervención en el entorno: trabajo conjunto con familia o servicios sociales en casos graves.
- ISRS: se pueden utilizar si hay síntomas de ansiedad o depresión asociados.
3. Tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo)
- Terapia de reversión de hábito (HRT): la persona aprende a identificar las señales antes de arrancarse el pelo y a reemplazarlas por una acción incompatible.
- Terapia de aceptación y compromiso (ACT): ayuda a aceptar el impulso sin actuar en él, aumentando el control conductual.
- Medicamentos: en algunos casos, se usan antidepresivos o estabilizadores del ánimo si hay comorbilidades.
4. Trastorno de excoriación (rascarse la piel)
- HRT y TCC: estrategias para interrumpir el ciclo de rascado, identificar desencadenantes emocionales y mejorar la regulación emocional.
- Mindfulness y autorregulación emocional: para manejar el estrés que provoca la compulsión.
- Tratamiento dermatológico paralelo: para prevenir infecciones y ayudar en la recuperación física de la piel.
5. Trastornos inducidos por sustancias y medicamentos
- Retiro o sustitución de la sustancia/medicación responsable bajo supervisión médica.
- Evaluación psiquiátrica completa: para diferenciar entre síntomas transitorios y un TOC subyacente.
- Terapias de apoyo: como TCC, si los síntomas persisten después de cesar el consumo.
6. Trastornos obsesivo-compulsivo y relacionados debido a otra afección médica
- Tratamiento de la condición médica subyacente: como infecciones neurológicas, traumatismos o enfermedades autoinmunes.
- Terapia psicológica: en paralelo, especialmente si los síntomas persisten tras tratar la causa médica.
- Abordaje interdisciplinario: colaboración entre psiquiatra, neurólogo y psicólogo.
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