La Navidad es una temporada en la que se tiene mucha convivencia familiar intensa. Como son fechas en las que la rutina desaparece, hay más reuniones sociales en las que las emociones están a flor de piel. Además, es el momento en el que se reúne más gente y la gestión de las celebraciones no siempre es tan sencilla como parece. En esta necesidad de querer planear algo perfecto pueden surgir roces y conflictos familiares inesperados. Por eso, este año no está de más que a los preparativos navideños, incluyas una buena preparación emocional para evitar problemas innecesarios. ¿Cómo hacer esto? Te lo contamos a continuación. Así que, sigue leyendo o aprende sobre Inteligencia Emocional con nuestra Maestría Internacional en Psicología.

Claves para gestionar los conflictos familiares

Sin duda, el conflicto familiar es algo natural e inevitable. Cuando un grupo de personas con distinta personalidad, edad, intereses y formas de ver la vida conviven, puede haber discusiones. No obstante, la clave está en no querer quitar el conflicto a toda costa, ya que esto es poco probable que pase. Lo que se debe procurar es prevenir que la agresividad del conflicto crezca, que resurjan problemas que no fueron solucionados y se gestione de manera asertiva.

Todo tipo de crisis en familia requiere de cooperación de todos los integrantes para que la situación se transforme en algo positivo. Además, en Navidad, los conflictos se vuelven más intensos y las reglas impuestas en el contexto familiar caen en la incertidumbre. Por esa razón, te dejamos algunos consejos para superar los posibles problemas que puedan ocurrir en estas fechas.

Marcar límites en familia

Seguramente sabrás que hay ciertos aspectos que detonan el conflicto en Navidad, y que muchas veces se repiten cada año. La clave está en pensar previamente cómo quieres actuar ante esas situaciones conocidas. Por ejemplo, si una familia se dedica a vender postres en estas fechas navideñas y no se organiza para estar a tiempo para los eventos familiares por entregar pedidos, puede provocar un conflicto. Una buena solución para ello es marcar una fecha límite para recibir pedidos y tener en cuenta que el día de la cena de Navidad no se cocinará nada para vender.

Otro ejemplo muy habitual es hablar de temas políticos o de religión. En ese caso puedes establecer un límite para no involucrarte en esos temas. O puedes decir abiertamente que no quieres hablar de eso y en seguida cambiar de tema sin darle entrada a la polémica. Lo mejor es encontrar temas de conversación que unan en lugar de que separen a la familia.

Respetar a cada integrante de la familia

Un aspecto fundamental para mantener la convivencia en armonía es no querer imponer alguna idea o tratar de cambiar a un familiar. Lo mejor es aprender a respetar sus gustos e intereses y aceptarlo tal cual es.

Los conflictos familiares por Navidad suelen surgir por estas intenciones de empezar a criticar, juzgar y no aceptar a un integrante de la familia. Ahora bien, si hay alguien que te incomoda o traspasa tus límites de tranquilidad, también es bueno reconocer que no tienes porque pasar las navidades en su compañía.

No tomarse las cosas personal para evitar los conflictos familiares

Es muy normal que algún familiar nos diga algo que no nos gusta y no lo esperábamos. Es importante reflexionar que las personas que se dedican a hablar de otros tienen conflictos internos que no saben gestionar y los sacan de esa manera.

Recuerda que puedes responder de manera asertiva y sin violencia, porque al final, el comentario va a afectarte según la importancia que le des.

Muestra buena vibra con la familia política

Para que no haya problemas con la familia política, una buena idea es hacer un reparto equitativo de las visitas a cada familia. También, es importante tener la costumbre de decir cosas positivas y bonitas a la familia política. No hay que ser combativo, sino intentar transmitir cariño y buena energía.

Por último, si surge el conflicto, lo más recomendable es entender que no es una batalla y no hace falta salir vencedor de ella. Mediar y llegar a un punto en el que ambas partes ganen puede ser una gran solución.

Además, intenta siempre estar disponible para ayudar, convivir y bajar la carga que unos tienen de preparar y organizar todo. Al final, la Navidad consiste en compartir, disfrutar y aprender lo mejor de cada uno.