Cada año, el 30 de marzo se celebra el Día Mundial del Trastorno Bipolar, una jornada dedicada a concienciar sobre esta condición mental que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, aproximadamente 40 millones de personas en todo el mundo padecían trastorno bipolar. Sin duda, este dato resalta la magnitud del desafío y la necesidad de comprender y apoyar a quienes conviven con esta condición.

En este artículo, exploraremos qué es, cómo se manifiesta y qué tratamientos existen para mejorar su calidad de vida.

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¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que se caracteriza por cambios significativos y extremos en el estado de ánimo, los cuales pueden oscilar entre episodios de depresión profunda y periodos de euforia o manía.

Existen varios tipos de trastorno bipolar, cada uno con sus propias características distintivas:

  • Trastorno bipolar tipo I. Los individuos experimentan episodios maníacos completos, que pueden durar al menos una semana y pueden ser tan intensos que interfieren con el funcionamiento normal. Durante estos episodios, las personas pueden experimentar una euforia excesiva, una autoestima inflada, pensamientos acelerados, comportamientos impulsivos y una disminución de la necesidad de sueño. Estos episodios de manía se suelen alternar con episodios de depresión profunda.
  • Trastorno bipolar tipo II. En contraste con el tipo I, el trastorno bipolar tipo II implica episodios de hipomanía, que son menos graves que los episodios maníacos completos, pero aun así llegan a causar cambios en el estado de ánimo y el comportamiento. Durante los episodios de hipomanía, las personas pueden experimentar una sensación de euforia, aumento de la energía y actividad, así como una disminución de la necesidad de dormir. Estos episodios de hipomanía alternan con episodios de depresión menos graves que en el tipo I.

Además de estos, existen otras formas menos comunes de trastorno bipolar, como el trastorno ciclotímico, que implica cambios cíclicos en el estado de ánimo menos intensos pero persistentes.

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¿Cómo es la vida de una persona con trastorno bipolar?

Como acabamos de ver, las personas afectadas por este trastorno enfrentan una montaña rusa emocional, que va desde la euforia extrema hasta la desesperación más profunda. Estos cambios drásticos en el estado de ánimo pueden tener un impacto significativo en diversas áreas de la vida, incluyendo las relaciones interpersonales, el desempeño laboral y la estabilidad emocional.

Una de las principales dificultades que enfrentan las personas con trastorno bipolar es la imprevisibilidad de sus episodios de manía y depresión. Durante los episodios maníacos, es posible que se sientan invencibles, lo que puede llevar a comportamientos impulsivos y arriesgados, como gastos excesivos, conductas sexuales desmedidas o abuso de sustancias. Por otro lado, durante los episodios de depresión, pueden experimentar una profunda desesperanza, falta de energía y dificultades para concentrarse, lo que puede dificultar el funcionamiento diario.

Además de los síntomas emocionales, el trastorno bipolar también afecta al sueño, al apetito y a la capacidad para realizar tareas cotidianas. Las relaciones interpersonales pueden verse afectadas debido a cambios abruptos en el estado de ánimo, lo que puede generar conflictos y malentendidos con familiares, amigos y colegas.

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Tratamiento psicológico para personas con trastorno bipolar

Para completar este artículo sobre el Día Mundial del Trastorno Bipolar, no podemos pasar por alto el tratamiento psicológico. Con el apoyo adecuado, las personas afectadas aprenderán a manejar sus síntomas y llevar una vida significativa y satisfactoria.

Aquí es donde los psicólogos desempeñan un papel fundamental, ofreciendo herramientas y estrategias para ayudar a las personas a entender y gestionar sus emociones.

Además de los tratamientos farmacológicos, la psicoterapia es esencial en el manejo del trastorno bipolar, siendo estos algunos de los tratamientos más efectivos:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC ha demostrado ser altamente efectiva al ayudar a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos que contribuyen a sus síntomas. Esta terapia se centra en enseñar habilidades para manejar el estrés, regular las emociones y mejorar la resolución de problemas.
  • Terapia interpersonal (TIP). La TIP se enfoca en mejorar las habilidades de relación interpersonal y resolver conflictos interpersonales que surgen como resultado del trastorno bipolar. Ayuda a las personas a fortalecer sus relaciones y a construir una red de apoyo sólida, lo que puede ser crucial para el bienestar emocional.
  • Intervención psicoeducativa. Proporcionar información sobre el trastorno bipolar y enseñar habilidades de autocontrol y manejo de síntomas resulta beneficioso para las personas afectadas y sus seres queridos. La intervención psicoeducativa puede ayudar a aumentar la conciencia sobre la enfermedad, reducir el estigma y promover la adherencia al tratamiento.
  • Entrenamiento de habilidades. Aprender estrategias para identificar y regular las emociones o para enfrentar el estrés y los desafíos de la vida les ayuda a manejar los cambios en el estado de ánimo y a reducir la probabilidad de episodios maníacos o depresivos.
  • Grupos de apoyo. Participar en grupos de apoyo con otras personas que tienen trastorno bipolar puede brindar un sentido de comunidad, comprensión y apoyo mutuo. Estos grupos proporcionan un espacio seguro para compartir experiencias, aprender de los demás y recibir aliento durante los momentos difíciles.

¿Tiene cura el trastorno bipolar?

Existen una variedad de tratamientos efectivos que ayudan a controlar los síntomas y permiten que las personas que lo padecen lleven una vida plena y productiva.

Estos tratamientos pueden incluir medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, psicoterapia y cambios en el estilo de vida, como ejercicio regular y una dieta saludable.

Combinar los tratamientos psicológicos mencionados anteriormente con el tratamiento farmacológico es fundamental para proporcionar un enfoque integral y efectivo para el manejo del trastorno bipolar.