Los tipos de infidelidad varían en su naturaleza y en el impacto que tienen sobre las relaciones de pareja. Entender estas diferencias es fundamental para abordar los conflictos que surgen de este comportamiento. La infidelidad afecta tanto la confianza como el vínculo emocional entre los miembros de la relación, pero no todas las formas de infidelidad son iguales.
Conocer sus distintas manifestaciones puede ayudar a comprender mejor las dinámicas que la rodean y cómo enfrentarlas, ¡vamos a ello!
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Índice de contenidos
¿Cuál es la diferencia entre infidelidad y traición?
La palabra infidelidad se refiere específicamente a una acción que rompe el acuerdo de exclusividad en una pareja, ya sea emocional o sexual. Sin embargo, la traición es un concepto más amplio. Aunque la infidelidad puede ser una forma de traición, no todas las traiciones implican infidelidad.
La traición en una relación puede ser emocional, como cuando uno de los miembros comparte sus secretos más íntimos con otra persona o prioriza a alguien más sobre la pareja. En contraste, la infidelidad generalmente involucra una conexión sexual o afectiva con alguien fuera de la relación, quebrando el pacto implícito de lealtad mutua.
¿Qué se considera traición en una pareja?
Las formas de traición pueden variar, pero en esencia, se refieren a cualquier comportamiento que implique una ruptura de la confianza entre los miembros de la pareja. Algunas acciones que pueden ser consideradas traición incluyen:
- Mentiras repetidas. Ocultar información importante o mentir sobre temas que afectan la relación.
- Compartir intimidades con terceros. Cuando uno de los miembros confía aspectos emocionales o secretos personales con alguien ajeno a la pareja.
- Abandono emocional o negligencia. Falta de apoyo emocional, lo que puede hacer sentir a la pareja que no es una prioridad.
¿Qué traumas tiene una persona infiel?
Ser infiel no siempre es un acto impulsado únicamente por el deseo sexual. Muchas veces, las personas que cometen infidelidad cargan con traumas no resueltos que influyen en su comportamiento. Estos traumas pueden complicar aún más la relación, ya que no solo hay que lidiar con la infidelidad en sí, sino también con las heridas emocionales previas que la alimentan.
Algunos de los más comunes incluyen:
Abandono emocional
El abandono emocional es una de las causas más comunes que pueden llevar a una persona a ser infiel. Aquellos que han experimentado una falta de amor o atención en su infancia, o incluso en relaciones anteriores, suelen desarrollar una profunda necesidad de validación externa.
Este vacío emocional puede manifestarse en la búsqueda de afecto fuera de la relación actual. Las personas que se sienten emocionalmente abandonadas buscan llenar ese vacío con nuevas conexiones que les brinden la atención y el cariño que sienten que les falta, lo que las lleva a ser más propensas a cometer infidelidad.
Baja autoestima
La baja autoestima es otro factor importante que puede influir en una persona infiel. Aquellos que tienen una percepción negativa de sí mismos o que constantemente necesitan reafirmar su valor personal pueden buscar en la infidelidad una fuente de validación.
La atención de una nueva persona les proporciona una sensación de ser deseados y valorados, algo que no encuentran en su propia autoimagen o que sienten que ha disminuido dentro de su relación. Este ciclo de necesidad de aprobación externa puede empujar a la persona a buscar afecto en otros, perpetuando un patrón de infidelidad como una forma de combatir la inseguridad.
Miedo a la intimidad
El miedo a la intimidad es un trauma profundo que también puede llevar a la infidelidad. Algunas personas, debido a experiencias pasadas o miedo a ser heridas, temen comprometerse completamente en una relación emocional. Aunque pueden estar físicamente presentes en una relación, evitan la vulnerabilidad emocional que esta exige.
La infidelidad se convierte en una forma de evitar la verdadera conexión emocional, manteniendo relaciones superficiales y paralelas que les permiten sentirse seguros al no comprometerse plenamente. Estos individuos prefieren mantener una cierta distancia emocional, lo que los lleva a involucrarse en relaciones externas que no requieren el mismo nivel de compromiso o entrega emocional.
¿Qué tipo de infidelidad es la más grave?
Cada relación es única, y lo que se considera “la infidelidad más grave” puede depender de los acuerdos individuales de la pareja. Sin embargo, muchos expertos coinciden en que la infidelidad emocional suele ser más difícil de reparar, ya que involucra una ruptura en la conexión emocional, que es la base de muchas relaciones.
Veamos las características de los tipos de infidelidad más comunes:
Infidelidad emocional
La infidelidad emocional ocurre cuando uno de los miembros de la pareja forma un vínculo emocional profundo con alguien fuera de la relación. Aunque no necesariamente incluye un acto sexual, esta conexión puede ser igual o más devastadora, ya que el miembro infiel invierte tiempo, energía y sentimientos en otra persona. La pareja afectada suele sentirse desplazada en su rol de confidente y apoyo emocional, lo que puede provocar una gran inseguridad y resentimiento.
La infidelidad emocional es peligrosa porque, aunque no haya contacto físico, se basa en la intimidad emocional, que es la base de muchas relaciones. Cuando el espacio emocional compartido en la pareja se transfiere a otra persona, el daño puede ser duradero y difícil de reparar.
Infidelidad sexual
La infidelidad sexual implica un encuentro físico o sexual con otra persona fuera de la relación. Aunque algunas parejas pueden llegar a tolerar ciertos niveles de interacción emocional con otros, la infidelidad sexual a menudo resulta intolerable debido a la intimidad física involucrada.
Este tipo de infidelidad genera un fuerte impacto en la relación, porque atenta directamente contra la confianza y la exclusividad sexual que la mayoría de las parejas consideran fundamental. La traición física puede causar sentimientos de humillación, inseguridad, y puede llevar a una ruptura significativa de la relación.
Infidelidad virtual
En la era digital, la infidelidad virtual ha ganado una importancia creciente. Esta forma de infidelidad puede manifestarse a través de intercambios de mensajes íntimos, fotos, vídeos o incluso encuentros sexuales por videollamada. Aunque no haya contacto físico, la infidelidad virtual puede ser igual de destructiva que la sexual o emocional, ya que implica una conexión íntima con otra persona, aunque sea a través de medios digitales.
La facilidad con la que se puede mantener una relación paralela en línea hace que este tipo de infidelidad sea cada vez más común, pero no menos dolorosa. Para la pareja traicionada, saber que su compañero comparte momentos de intimidad con alguien más, aunque sea virtualmente, puede provocar una profunda desconfianza y dañar gravemente la relación.